La ejecutiva cuenta que la compañía ha trabajado por combatir desafíos como el cambio climático, la digitalización y las necesidades de la sociedad y que la pandemia no será la excepción. “Ahí estaremos siempre, saliendo de las crisis con un modelo sostenible como principal foco”, afirma.
Es pleno invierno en Santiago de Chile y se supone que debiera estar lloviendo, frío o al menos nublado, pero los termómetros han superado los 25 grados varias veces durante las últimas dos semanas.
Son los efectos del cambio climático, el mismo que ha provocado lluvias torrenciales en el hemisferio norte, nevazones en el sur de Brasil y una hiper sequía que en la Región Metropolitana ya se extiende por más de 10 años.
La gerenta general de Aguas Andinas, Marta Colet, destaca que de acuerdo al último Balance Hídrico Nacional de la Dirección de Aguas, la disponibilidad ha disminuido de manera paulatina y sostenida en las últimas décadas en la zona centro norte y centro sur del país.
¿En qué escenario se encuentra hoy Chile en materia hídrica?
Estamos viviendo profundos efectos del cambio climático, una emergencia de grandes dimensiones a nivel mundial. Hemos evidenciado sus efectos a través de manifestaciones como son la hiper sequía que hoy nos afecta de manera importante y, por supuesto, las lluvias convectivas que se dan en la cordillera, las que en enero y febrero de este año generaron grandes aluviones.
La ejecutiva señala que lo anterior se ha traducido en un descenso de las precipitaciones y de los torrentes. “Es así como la principal fuente de recursos hídricos de la Región Metropolitana, el río Maipo, ha disminuido también sus caudales. Adicionalmente, en el caso del Embalse El Yeso, este se encuentra en 80% de su capacidad, sin embargo, esto ha sido gracias a la gestión que se ha hecho con los regantes de la primera sección del río Maipo”, advierte. Y agrega que, para agravar esta situación y de acuerdo con datos del centro de Investigación Cetaqua, el aporte de los glaciares al caudal del río Maipo caería en hasta 75% hacia mediados de siglo.
Al comparar la disponibilidad per cápita nacional con el promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), queda en evidencia que Chile es un país rico en agua ¿Por qué existen zonas que presentan problemas?
La escasez hídrica es uno de los efectos derivados del cambio climático que afecta a gran parte del planeta, pero que se ha manifestado de manera importante en el país. Si bien es más marcado en la zona central de Chile, entre las regiones IV y VII, es una realidad que afecta a todo el territorio y que llegó para quedarse, por lo que debemos acostumbrarnos a convivir con ella y tomar las medidas y acciones que sean necesarias para adaptarnos a esta nueva realidad.
En ese contexto, añade Colet, el último Balance Hídrico Nacional de la Dirección de Aguas señala que la disponibilidad podría retroceder de manera importante a nivel nacional. “Entre 2030-2060 la disminución será en torno a 50% en el norte y para la zona macro sur se calcula caerá hasta 40%”, comenta, para luego recordar que históricamente a comienzos de julio se acumulaban más de 170 mm de lluvia en Santiago, cifra muy por encima de los 77 mm que registra hoy la estación de Quinta Normal. “Estos índices han ido empeorando en los últimos 12 años, e incluso, según el World Resources Institute (WRI), Chile es el 18° país con mayor estrés hídrico del mundo”, sostiene.
¿Y qué medidas ha tomado Aguas Andinas para enfrentar el tema de la escasez en el país?
Como compañía hemos tomado decisiones drásticas en nuestra estrategia porque este fenómeno avanza a toda máquina, mermando la disponibilidad de los recursos naturales. En este punto hay aristas muy marcadas: las inversiones necesarias, de las cuales ya nos hacemos cargo desde hace varios años mediante diversos planes y mejoramiento permanente de la infraestructura; una mirada de economía circular, que nos permita reutilizar y hacer más eficiente el recurso hídrico, y un trabajo colaborativo y de concientización.
La gerenta de la empresa explica que se han invertido US$ 150 millones en obras de cambio climático entre las que destacan los Mega Estanques de Pirque, que permiten resistir los eventos de alta turbiedad y llevar de 11 a 34 las horas de autonomía de la ciudad. “En solo 7 años aportamos casi 9 veces más resiliencia a la ciudad (en 2011 contábamos con solo 4 horas de autonomía)”, recalca.
Asimismo, recientemente, la compañía -explica- se declaró en Alerta Temprana Preventiva (ATP) por sequía, ante lo cual llama a hacer un uso eficiente y responsable del suministro. Del mismo modo, activó diversas acciones en su operación, movilizando recursos de acuerdo a sus protocolos de contingencia y activando planes de continuidad de negocios que minimicen los riesgos de restricciones de cara a la ciudadanía.
¿Planean realizar nuevas inversiones?
Tenemos identificadas obras por US$500 millones para reforzar las condiciones de resiliencia y seguridad de Santiago frente a la sequía y otros eventos climáticos extremos, varias de las cuales se encuentran en fase de ejecución y se desarrollan en modalidad fast track para concretarlas en 2 o 3 años.
Respecto a los proyectos, Colet destaca los Pozos de Respaldo Cerro Negro – Lo Mena que buscan asegurar el abastecimiento a más de 400.000 personas de La Pintana, San Bernardo, Puente Alto y El Bosque, permitiendo, además, mejorar la presión y la continuidad del agua sin interrumpir el actual suministro. “Con su entrada en funcionamiento aumentarán a 37 las horas de autonomía de la ciudad ante efectos climáticos de turbiedades extremas. También hemos modernizado la Planta Padre Hurtado para mejorar su eficiencia, seguridad y ampliar su capacidad de producción”, afirma.
A ello se suma otra iniciativa que es Pirque – El Manzano que le permitirá a Aguas Andinas alcanzar las 48 horas de autonomía comprometidas con la autoridad y hasta los 3 meses en las zonas abastecidas por río Maipo.
El cambio climático presenta grandes desafíos, en la medida que acentúa la ocurrencia de daños sociales, ambientales y económicos ¿Cómo se ha preparado Aguas Andinas para enfrentar este tipo de daños?
Como compañía hemos intensificado y actualizamos de manera permanente nuestros planes, lo que hoy nos permite estar mejor preparados y desplegando todos los esfuerzos para aminorar las amenazas en el suministro. Por eso desplegamos un intenso plan de eficiencia hidráulica que considera una inversión de US$ 100 millones y tecnología de punta para detectar fugas no visibles de agua potable. Gracias a ello entre 2015 y 2019 recuperamos un total de 14 mil millones de litros de agua al año.
Asimismo, cuenta la ejecutiva, hace unos años la empresa inauguró biofactorías para tratar las aguas residuales de Santiago, proyecto que contempló una inversión de más de US$ 1.000 millones. “Además de descontaminar, generamos subproductos con valor agregado, impactando positivamente el medio ambiente y la comunidad. Tal ha sido su impacto, que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) nos premió durante la COP24, en Polonia, reconociendo su aporte a la salud planetaria”, cuenta.
¿Y cómo se prepara la ciudad o una zona rural para enfrentar estos desafíos?
Creemos que es necesario desplegar todas las inversiones que sean necesarias para levantar la infraestructura que la ciudad y sus habitantes requieren para contar con un suministro seguro, confiable y continuo. También, se necesita expertise y conocimiento para gestionar de la mejor manera esa infraestructura y los recursos que permitan la adaptación y la transformación necesarias para que Chile tenga ciudades más resilientes y redundantes y, finalmente, el compromiso de todos los actores para enfrentar esta emergencia climática.
En el contexto del cambio climático, la infraestructura hídrica juega un rol fundamental en el proceso de adaptación. Además de las medidas tomadas hasta ahora. ¿Cuáles son los objetivos y planes a largo respecto a su infraestructura?
Como empresa, y la industria sanitaria en general, hemos hecho una gran labor en cuanto a inversiones que permitan mejorar la infraestructura ante los nuevos desafíos de adaptación. En 1999 iniciamos un plan de saneamiento para cambiarle la cara a Santiago. En sólo 12 años, y con una inversión de más de US$ 1.200 millones, se alcanzó la meta que países desarrollados tardan entre 30 o 40 años. Así, la ciudad se convirtió en la primera capital de América Latina en contar con 100% de cobertura de agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas residuales.
Colet resalta que el trabajo de la compañía permitió descontaminar el río Maipo, del Zanjón de la Aguada y los cauces menores en las diferentes localidades de la región, que se traducen en el mayor hito medioambiental de Chile. “Construimos, además, las plantas de tratamiento El Trebal, La Farfana, Mapocho, y otras 12 en distintos puntos de la región. En 2010 inauguramos Mapocho Urbano Limpio descontaminando al emblemático río que cruza toda la ciudad y eliminando los malos olores que afectaban a todo su cauce y recuperando espacios públicos”, explica.
¿Qué medidas estima que debiese tomar el Estado en temas de cambio climático y escasez hídrica?
Para enfrentar el cambio climático y avanzar en este tema es fundamental el trabajo mancomunado de los entes públicos y privados. Necesitamos nuevas recetas, nuevas fórmulas, romper paradigmas y viejos clichés. En definitiva, soluciones globales y concretas que, con el aporte de todos, nos permitan enfrentar el futuro con soluciones de largo aliento porque sólo de manera colaborativa podremos enfrentar los distintos fenómenos que, como consecuencia del cambio climático, están mermando la cantidad y disponibilidad de los recursos naturales del planeta.
Respecto al papel del ciudadano y de las empresas para enfrentar la actual crisis hídrica, la ejecutiva indica que es fundamental. “Y así lo hemos entendido en Aguas Andinas donde echamos a andar nuestro plan de Reconstrucción Verde y Social, porque sabemos que lo que Chile necesita en el escenario de pandemia es empleo, proyectos que muevan al país y que lo acompañen en su camino de desarrollo y progreso”, expresa.
El proyecto, explica Colet, considera una visión que permite aportar a la recuperación del país, mitigando las secuelas económicas y sociales y apalancando también los grandes retos de la emergencia climática que enfrentamos. “Siempre hemos trabajado por combatir los desafíos de nuestros tiempos: el cambio climático, la digitalización y las necesidades de la sociedad. Ahí estaremos siempre, siendo los primeros, y dando un paso al frente. Saliendo de las crisis con un modelo sostenible como principal foco”, asegura